ETAPA 4. DISCRIMINACIÓN
Discrimino?, la respuesta inmediata es No, pero si hacemos un ejercicio de conciencia y analizamos nuestros actos, tal vez encontremos que Sí lo hemos hecho. Por ejemplo, cuando caminando por la calle un indigente se nos acerca y de manera automática nos retiramos porque su presencia nos causa repulsión o temor, y hasta llegamos a opinar sobre él, sin saber la circunstancia que lo obligó a vivir en la calle. O cuando estando en la escuela, con nuestro trato, catalogamos a las personas en inferiores y superiores, ya sea por su inteligencia, su situación económica, su manera de vestir o de vivir

1 comentario:

  1. Hay un refrán que versa: tu libertad termina donde empieza la mía y parece que en este caso se lleva muy bien y que si lo vemos descontextualizado de estas prácticas discriminatorias encontramos que probablemente los chicos de la fiesta tengan una cierta razón a su particular forma de ver la vida que está influenciada por una formación familiar y cultural, así como el medio económico y social donde se han desarrollado y en este contexto ellos pueden ver que no es discriminación, simplemente están externando su opinión y preferencias. Pero, no debemos perder de vista que el derecho de otra persona es el mismo que el nuestro y por tal el respeto a la diversidad es imprescindible.
    La interculturalidad, un punto que en la actualidad está cobrando vigencia porque? Porque somos una sociedad multicultural y la convivencia sana entre todos debería ser un imperativo al interior de las escuelas y en la sociedad. Ya lo dice en Plan de estudios de educación primaria en las competencias para la vida: Competencias para la convivencia. Implican relacionarse armónicamente con otros y con la naturaleza; comunicarse con eficacia; trabajar en equipo; tomar acuerdos y negociar con otros; crecer con los demás; manejar armónicamente las relaciones personales y emocionales; desarrollar la identidad personal y social; reconocer y valorar los elementos de la diversidad étnica, cultural y lingüística que caracterizan a nuestro país, sensibilizándose y sintiéndose parte de ella a partir de reconocer las tradiciones de su comunidad, sus cambios personales y del mundo.
    Competencias para la vida en sociedad. Se refieren a la capacidad para decidir y actuar con juicio crítico frente a los valores y las normas sociales y culturales; proceder a favor de la democracia, la libertad, la paz, el respeto a la legalidad y a los derechos humanos; participar tomando en cuenta las implicaciones sociales del uso de la tecnología; participar, gestionar y desarrollar actividades que promuevan el desarrollo de las localidades, regiones, el país y el mundo; actuar con respeto ante la diversidad sociocultural; combatir la discriminación y el racismo, y manifestar una conciencia de pertenencia a su cultura, a su país y al mundo.

    Competencias ambiciosas pero no imposibles, si las empezamos a trabajar desde el ámbito de la vida cotidiana y escolar como lo dice el Programa Integral de Formación Cívica y Ética de los niveles de primaria y secundaria.

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